Matisse y el arte de simplificar la pintura
Si bien Matisse es considerado como cabeza teórica y guía del fauvismo, a lo largo de su obra se ve claramente que pasaba de un estilo a otro con sorprendente libertad, tanto realizaba una técnica de composición realista, como una pintura de superficies planas en las que los colores sin sombras producian la sensación de volumen y perspectiva. Eso es para mi lo propio de una obra magistral, que no se queda con una fórmula – tan repetida en el arte actual por falta de imaginación – , que busca nuevas direcciones, siempre dentro de este arte de equilibrio, de pureza y de sosiego.
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En cuanto a sus retratos femeninos, se le recriminaba que no podían ver en muchos casos el parecido con el modelo, él respondía: «Si yo encontrase a tales mujeres por la calle, emprendería la huida horrorizado. «Ante todo no he creado una mujer, sino que pinto un cuadro. En resumidas cuentas, yo trabajo sin teoría». Es decir, se puede deducir de sus palabras que para Matisse lo importante en un cuadro no es el motivo en sí, sino la manera de pintarlo; tanto el fondo como el retrato forman un conjunto indivisible del que resulta la obra total, todo debe estar en concordancia y expresar mediante formas y colores bien dispuestos tanto la armonía de la superficie como su profundidad espiritual.El parecido físico le resulta pues intrascendente, sin embargo «cada figura tiene su estilo particular, y ese ritmo crea el parecido». Pero entonces surge la pregunta: ¿Para qué necesita el pintor el modelo si después se aparta de él? Y Matisse responde con ironía:
«Si no tuviera un modelo, no podría deshacerme de él», es decir de alguna manera expresaba la necesidad del modelo como punto de partida para «abandonarlo» de forma premeditada, lo que le daba esa fuerza creadora basada en la realidad del su inconsciente.Otro asunto relevante en Matisse son las deformaciones de sus figuras ¿Porqué estas exageraciones? Potenciar esa expresividad y el ritmo particular es el objetivo principal. Ya Ingres fue el primero en su perfecto dibujo en realizar esas transformaciones en su Gran Odalisca que al parecer tiene tres vértebras más: «Un cuello de mujer nunca es demasiado largo» y sigue diciendo Ingres a sus alumnos «Cargad la mano en los rasgos dominantes del modelo…pronunciadlos, si es necesario, hasta la caricatura. Digo la caricatura a fin de destacar la importancia de un principio verdadero».
No quiero terminar estas confesiones de este artista mutante sin hacer alusión a otra vertiente tan importante como es la escultura. Él mismo explica este paso de la pintura hacia las tres dimensiones: «Se trataba de organizar mis sensaciones, de encontrar un método que me conviniera de forma absoluta…Siempre estaba atento a dominar constantemente mi cerebro, a crear una especie de jerarquia de todas mis sensaciones que me habrían permitido llegar a una conclusión».
Si algo a mi juicio es uno de los logros más espectaculares de Matisse es poder hacer dos cosas al mismo tiempo, es decir, fusionar la abstracción con la realidad y complementarlas una en la otra, con un orden diríase que perfecto, pero sin duda guiado por la razón, el conocimiento del oficio, la intuición y una intensa emoción.
Me gustó mucho el artículo sobre Matisse.
Muy bueno!!! Gracias por compartir esto con nosotros!!!
Muy bueno, gracias por compartir esto con nosotros!!!