¿Arte abstracto o figurativo?
En la primera mitad del siglo XIX la pugna entre los pintores seguidores de la línea y del contorno, que basaban su ideal del arte en la realización de un método basado en la imitación exacta de la naturaleza (Ingres y Poussin entre los más representativos), y por contra, los artistas (Delacroix, Géricault….) que pensaban que la mancha, el color y el trazo esbozado, sin la imitación exacta de la naturaleza, era el principal medio para plasmar y hacer llegar al espectador la auténtica esencia de lo representado, constituyó por así decirlo, el primer enfrentamiento y debate entre lo que ahora llamamos el arte figurativo y el arte abstracto. Fue, eso si, una primera fase de ésta pugna, ya que los pintores que anteponían este efecto de croquis y esa ausencia de detalles artificiosos continuaban representando la naturaleza con formas reconocibles, no abstractas, pero ya intuían – o creían- que en el “abandono” de la realidad estaba la verdadera creación artística. Más tarde, con el impresionismo, estos valores, que había abanderado Delacroix , fueron después de una ardua batalla los auténticos vencedores del nuevo arte que abriría las puertas a las nuevas vanguardias del siglo XX.
Con la llegada de ésta nueva ola de jóvenes pintores surgieron varios movimientos pictóricos: el cubismo, el expresionismo alemán, el fauvismo y el futurismo entre otros. Todos ellos abogaban no sólo por una ruptura con el academicismo de los siglos anteriores, sino que fueron más allá, promoviendo un arte basado en el uso del color y de la perspectiva de una forma absolutamente personal y el motivo servía únicamente de referencia para ser transformado según el criterio estético de cada artista. Todos estas tendencias habían dado un gran paso en su búsqueda de nuevas formas de expresión pero aun, la imagen representada, si bien era una alteración de la realidad, en algunos casos muy transformada, aun eran reconocibles las formas de la naturaleza (un paisaje, una figura, un bodegón, etc.)
Fue entonces, en 1910, cuando Kandinsky, fundador junto a Franz Marc del grupo de expresionistas alemanes, “Der Blaue Reiter”, realiza su primera acuarela abstracta y este mismo año publica “De lo espiritual del arte” sentando las bases del arte abstracto: cualquier representación figurativa perjudica la respuesta del alma con lo cual el artista debe expresarse sin hacer referencia alguna a la naturaleza – afirmaba con contundencia..
Hasta aquí he expuesto un breve resumen histórico sobre el nacimiento y la necesidad del arte abstracto; de esta manera se puede entender mejor como mediante un proceso gradual se introdujo este movimiento formando parte de la historia del arte, pero su aparición, de manera incomprensible, ha supuesto que de forma súbita – y especialmente en la segunda mitad del siglo XX- el arte figurativo haya sido desplazado a un arte de segunda categoría. ¿Es el arte figurativo un arte menor? ¿ Es que no puede conseguirse a través de la representación de la naturaleza emocionar los sentidos con la misma intensidad que con la abstracción ?
A mi entender creo que cualquier radicalismo en el arte o negación de cualquier forma de expresión nos lleva a una limitación de la libertad que solo puede perjudicar al arte. En todo caso habría que diferencia entre una buena obra de arte o una que no lo es, entre una obra realizada con oficio o torpemente, entre una obra que es producto de la creatividad y otra que es pura imitación de la realidad, entre una obra en armonía cromática y otra desafinada. El estilo pictórico, los medios o el proceso empleados son para mi insignificantes si la obra consigue llegar al interior del alma y causar una emoción en el espectador, ya sea a través de la belleza o de la expresividad plástica y conceptual.
La figuración desde un punto de vista creativo, es decir, cuando el artista “abandona”, como nos sugiere Matisse, la realidad para crear un elemento nuevo, tiene para mi una dificultad añadida sobre el arte abstracto, ya que al mismo tiempo que se debe componer en el plano los diferentes elementos de manera armónica, el artista debe también representar un motivo reconocible, y es aquí a mi entender, donde el intelecto y el razonamiento deben estar en su justo equilibrio para alternarlo con la emoción del alma, ya que sino la obra carece de fuerza expresiva. Es por esta razón que muchas obras hiperrealistas, en las que únicamente interviene la técnica y el conocimiento del oficio, copiando de una foto la realidad misma con todo lujo de detalles, cuando la obra pierde todo su valor artístico.
En cuanto al arte abstracto su valor principal reside en que sus resultados son únicamente producto de la imaginación, y por tanto la creación es obra por entero de la emoción, eso sí, cuando hablamos del arte abstracto expresionista que es más gestual y menos razonado que la abstracción más geométrica y analítica de Mondrian o de lagunas obras de Kandinsky. La dificultad del arte abstracto nos la explica ya en 1907 el pintor alemán expresionista, August Macke, que sin embargo fue toda su vida pintor figurativo:
“ Toda mi felicidad la busco ahora sólo en los colores puros (…) He intentado componer colores sobre una tabla, sin pensar en objetos como hombres o árboles, parecido a como se hace el bordado. Lo que hace de la música algo tan enigmáticamente bello, tiene también un efecto mágico sobre la pintura. Pero sólo una fuerza sobrehumana es capaz de colocar los colores en un pentagrama como ocurre con las notas. (…) Una sensibilidad infinitamente sutil, puede ordenarlos, sin tener idea de ellos.”
Expuestos algunos apuntes sobre las cualidades y virtudes del arte figurativo y del arte abstracto, y viendo que ambas poseen en sus planteamientos argumentos demostrados y de gran valor, ¿Como es posible que el arte figurativo haya sido tachado de un arte menor o en cualquier caso de un arte que ya no pertenece a nuestra época? ¿Porqué los organismos oficiales vanguardistas lo infravaloran y lo excluyen de los museos contemporáneos? Responder a estás preguntas sería otro tema que se escapa de mi presente escrito, pero si queréis leer algunas opiniones más os aconsejo que pinchéis éste enlace – Manifiesto Hartista– en el que se exponen algunos argumentos y reivindicaciones.
Como pintor figurativo que soy – aunque también realizo incursiones en la abstracción- me resulta muy difícil encontrar respuestas a tantos agravios y ninguneos. Quede claro que admiro una obra de arte abstracta cuando está realizada por un artista de talento, por poner un ejemplo Robert Delaunay, que detrás de su estilo ha elaborado y ha derivado, tras largos años de estudio y de conocimiento del oficio, hacia una pintura sin objetos reconocibles pero llena de belleza, ritmo y bellamente plástica. Pero, como he explicado más arriba, también en la pintura figurativa cabe el talento y la creación absolutamente innovadora; pienso, y no creo equivocarme, que esta masificación de pintores abstractos se debe a que en este estilo los errores y la falta de oficio quedan más fácilmente disimulados por el público en general.
No nos confundamos, en cualquier tipo el arte, si bien es cierto que ha habido y habrá una evolución lógica que se adapta al tiempo y a la contemporaneidad, no basta con ser transgresor – muy habitual en estos tiempos que corren- como decía el gran Arquitecto Antoni Gaudí «La originalidad no debe buscarse, pues entonces es extravagancia.». El arte debe ser ante todo producto de un buen razonamiento combinado con la emoción propia que cada artista, con el talento posee en su interior que es único e inimitable. Ni en la música, ni en el cine, ni en la literaratura se han proscrito como en la pintura las obras que no se adaptan a los criterios de vanguardismo de unos cuantos “entendidos” que manejan los hilos de la contemporaneidad. En las otras artes, el público, la gente normal de la calle es la que tiene la última palabra y así debería ser con respecto a las artes plásticas.
Dicho esto, y volviendo al tema que encabeza este artículo, pienso que no debería haber polémica entre el arte abstracto y el arte figurativo. Las dos tendencias caben por igual si saben llegar al espectador con fuerza, creatividad, armonía y sentimiento, al igual que en la música pueden caber el Rock and Roll y una sinfonía clásica. Esta polémica la han creado unos intereses de mercado, unos manipuladores ávidos de fabricar “talentos transgresores” y de esta manera llenar sus propios bolsillos. Dejemos, por favor, que los propios artistas y sus espectadores sean los actores de este gran espectáculo que es el arte.
Te felicito por el blog, me gustaria tener su opinion sobre lo que yo hago, muchas gracias.
http://kamenabstracto.blogspot.com/
Muy claro de entender. Saludos desde México. Alicia
Yo creo que Kandinsky fue un buen pintor, pero como teórico ha sido dogmático, irreflexivo y extremista, amén de místico y oscuro en sus argumentos. Parece que se ha dejado llevar por chaladuras de difícil defensa, que inexplicablemente se han tomado muy en serio. En principio su comienzo de "De lo espiritual en el arte" parece razonable, y cualquiera se siente identificado. Pero comienza a dejar volar su imaginación y el libro empieza a ser difícil de seguir, empiezan a abundar personalísimas conclusiones y los dogmas. Finalmente va construyendo un auténtico credo sobre la geometría y el sentimiento que lleva a afirmaciones que vienen a decir que la figuración molesta para ver el cuadro.
Lo curioso es que a medida que la pintura de Kandinski va adaptándose a la teoría de sus libros se va transformando de ese colorido radiante y pincelada firme y composición plásticamente atractiva que todavía sigue recordando a sus paisajes previos, en una pintura débil, artificiosa y cada vez más sosa y fea (por no decir abiertamente hortera) de formas geométricas que vuelan y que a mí me recuerdan a ejercicios de principiante con Illustrator.
Creo que, privada artificialmente de su tema, la pintura abstracta se queda sin un vehículo para desarrollar su expresividad, y se ha de conformar con ser decorativa y poco más.
Viendo que no has publicado mi anterior comentario en la última entrada de tu blog " La figuración no es contingente", creo que se puede perder un poco el hilo de "nuestro debate", pero en fin, continuaré aquí.
Estoy de acuerdo contigo en que Kandinsky, pintor del que soy un gran admirador de la etapa de Murnau, antes de romper absolutamente con la figuración, se lanza de manera excesivamente radical hacia terrenos puramente espirituales. Tanto "De lo espiritual del arte" como "Punto y línea sobre el plano" son ciertamente demasiado metafísicos y siguiendo estos conceptos él mismo realiza a mi juicio una pintura demasiado científica y reglamentada que se aparta de mi concepción estilística. Sin embargo creo que, como demuestra Macke o Delaunay (por no citar otros) con sus bellas abstracciones, no sería justo calificarlos como pintores decorativos, pues han demostrado tanto en sus obras figurativas como en las que no lo son, sus dotes y su gran talento comunicando plásticamente composiciones impecables que deleitan nuestras emociones. Lo que está claro es que muchos "artistas" posteriores sin talento se apuntaron a esta movida creyendo que era más fácil ser artista pintando abstracciones… y ellos y sus secuaces (curadores, críticos,…) fueron los que liaron y desvirtuaron todo, creando la polémica entre abstracción y figuración.
Hola. Encuentro que sois muy tibios en vuestras apreciaciones. Toda pintura, pintada, cartel, pegatina, mancha… o lo que sea que pongamos en una pared, tiene su potencial decorativo, (en la medida que el observador se lo encuentre). Para esas "emociones" y "deleites" no hace falta el artista ni la obra, el observador mismo lo crea todo, de paso que lo mira.
Para mí no es Pintura por el hecho de ser algo "bello" realizado con pinceles; para mí es Pintura cuando tiene vocación de contar algo. Los artistas que desdeñan ese “contar algo”, esa capacidad NARRATIVA del Arte, sencillamente es porque no tienen nada que contar. Esto es idéntico a los conceptuales que exponen “propuestas” acerca de la imposibilidad de comunicación, la muerte del arte, etc… Dan auténtica tristeza, casi apetece decirles “Bien, si no tienen nada que contar, por favor, no hagan de su incapacidad un espectáculo, y dejen libre la sala para quien sí tenga inventiva”.
Es como la patraña esa del supuesto drama de “la página en blanco” para el escritor. Si usted tiene muchas ganas de ser escritor, o pintor, …pero a la hora de la verdad no encuentra tema o ve casi imposible contarlo… ¡cáigase ya de la burra, hombre : Usted NO ES pintor ni escritor, ni dramaturgo, ni cantautor! No se obceque; no pierda más el tiempo ni se lo haga perder a los demás.
Para mí es alarmante el encefalograma plano del público cuando mira con igual respeto y detenimiento un cuadro de Tiziano que uno de Twombly, … pero si los propios pintores figurativos sois tan débiles exigiendo SENTIDO a las obras, con más motivo lo mezcla todo la gente que no tiene ni puta idea del oficio 😀
Hola Brasas. Te agradezco tu comentario, pero no acabo de entender el significado que das a la palabra "tibio", ya que si has leído algunos de nuestros escritos anteriores verás que precisamente en estos temas intentamos (yo por mi parte lo intento) poner a la vista "las patrañas" y engaños de los que tú hablas con mucha claridad, sin ninguna tibieza ni debilidad.
Dejando aparte todos estos farsantes de los que hablas, en lo que estamos totalmente de acuerdo, y centrándonos en el tema concreto que se debate en este artículo, difiero contigo cuando hablas de la capacidad NARRATIVA del Arte como premisa para ser pintor. Tú sabrás perfectamente que hay pintores narrativos que cuentan historias de una cursilería tal y con unas gamas de colores tan desagradables que aun teniendo mucho oficio dan ganas de ponerse a llorar. En cambio, los pintores que he mencionado más arriba (Kandinsky, Macke, Delaunay, ) hacen buena pintura con sus colores, con sus ritmos, con sus tonos y demuestraron su gran talento cuando pintaron la figuración. Si lees mi primera entrada http://laemociondelarte.blogspot.com.es/2010/01/la-emocion-del-arte.html el gran Cezánne lo expresa claramente: "… No nos gustan (los cuadros), si además, buscamos literatura, si nos excitamos con la anécdota, el tema… Un cuadro no representa nada, debe representar ante todo colores… Su psicología es el encuentro de sus dos tonos. Su emoción está ahí." Como ves, Cezánne pintor figurativo, detesta la narrativa si no va acompañada de buenas armonías.
Soy pintor figurativo, pero creo que la “historia” que cuentas en un cuadro, la narrativa que tú hablas, es importante para los pintores surrealistas, simbolistas o para la pintura “histórica o religiosa”, pero no lo es tanto para un pintor figurativo (un impresionista, un expresionista, un fauvista) ni para uno abstracto. Lo importante no es que sea un paisaje, una figura, un bodegón o cualquier otro motivo, lo importante es COMO LO PINTAS… “la emoción está en el encuentro de sus dos tonos…”
Ceballos, mira a tu alrededor, observa el CÓMO LO PINTA de la mayoría de la gente que pinta. Pintores vejetes que pintan cuadros a trazos negros y pinceladas facetadas de colores arbitrarios hay docenas en cada ciudad, y al público artístico le importa poquísimo lo que hagan. Incluso a ellos mismos les importa un bledo lo que hagan los otros que pintan parecido. ¿Por qué? PORQUE PARA INTERESAR HACE FALTA ALGO MÁS. A ese “algo más” lo podemos llamar narrativa, historia o literatura asociada si lo prefieres. ¿Por qué Cezanne SÍ que interesa a todos esos pintores, y a casi todo el público artístico? Porque Cezanne tiene mucho de ese “algo más”: aunque en el texto suyo que citas se posicione en contra de la “literatura”, Cezanne gusta e interesa en especial por toda la literatura e historia que lleva asociada. Ni las pintoras marujas al ver un cuadro de Cezanne pueden evitar pensar en todo ese asunto empalagoso de “la pequeña sensación”, igual que ya no podemos mirar un cuadro de Van Gogh sin visualizarlo a él escribiendo o pintando febrilmente, o discutiendo con Anthony Quinn ;D
Y esto por no hablar además de toda la literatura de consagración y engrandecimiento que sigue dedicándoseles en monografías, libros y cursos de Historia del Arte, coloquios, retrospectivas, subastas, documentales… etc.
Si pretendéis que el público se extasíe mirando sólo los colores y sus armonías –figurativas o abstractas- y renuncie a buscar sentido, contenido, anécdotas, historia o “literatura” asociada… pienso que dais en duro. El público, sencillamente, no es así.
Aquí podéis ver una reseña sobre otro pintor también muy valorado. El autor del artículo refleja con bastante frescura el tipo de mezcla de sensaciones –no sólo cromáticas o compositivas, también históricas, literarias y puramente anecdóticas- que percibe la gente cuando va a ver una exposición. Yo creo que hay mucho más aliciente riqueza y emoción en esa mezcla que “en el encuentro de dos tonos”.
http://art234.com/
Brasas, contestando a tu comentario y por haberme extendido demasiado en mi respuesta (Blogger no permite publicar comentarios si se excede de 4.096 caracteres) he creído conveniente responderte en esta nueva entrada:
Realismo, expresionismo y abstracción
El arte es espiritualidad pura, sea figurativo o abstracto. Pocos han sido ten iluminados como Kandinsky y tan claros en sus conceptos teorìcos llevados a la pràctica y visceversa. Por eso hoy en dìa se lo sigue leyendo e interpretando, muchos se olvidan que desarollò su teorìa adelantandose dècadas en el camino del arte abstracto y conceptual que hoy parece comùn.
Saludos
Excelente artículo. Estoy completamente de acuerdo con tu idea de que sólo en el arte se ha impuesto un gusto por lo abstracto que no se ve en otras artes. Felicitaciones por tu blog y saludos desde Caracas.